Fidelizar a un cliente tiene menor costo que conseguir uno nuevo. Sin embargo, para lograrlo es preciso ganar su confianza.

¿Qué es la confianza? Es algo que se tiene o no se tiene, no hay medias tintas. Además no se puede comprar, hay que ganársela.

En esto consiste principalmente, fidelizar a los clientes, es ganarnos su confianza. Si lo conseguimos, tendremos un cliente para mucho tiempo, es decir un cliente de valor.

Ahora bien, ¿cómo podemos ganarnos esa confianza?

Siendo honestos con nuestro valor de marca. Tenemos que trasmitir con total claridad y honestidad quiénes somos y qué aportamos.

Aportando valor al cliente utilizando proactivamente la información que disponemos de él, configurando a partir de esta información que nos aportan y que reunimos de otras fuentes, una estrategia exclusiva y singular para él.

Tenemos que ser “ligeros como una moto, potentes como un camión” (Rayo McQueen, CARS). Diseñar una solución y ponerla en marcha en el tiempo acordado con el cliente, es fundamental para trasmitir dinamismo y mejorar la experiencia de nuestros clientes.