La Wikipedia nos ilustra sobre este término conocido, comúnmente como flojera, haraganería, holgazanería, entre otros términos que pueden incluso llegar a ser muy peyorativos.

Todos los seres vivos tendemos a no malgastar nuestras energías si no hay un beneficio como recompensa, que obviamente no tiene por qué ser seguro e inmediato.

Probablemente no es necesario profundizar en el entendimiento de la pereza, sin embargo, si vale la pena reflexionar, respecto a la manera cómo estos comportamientos están influyendo directamente en los hábitos y tendencias de consumo. Sin dejar de reconocer que los hábitos de consumo son multicausales y la “pereza del consumidor” es solo una de las causas, aunque una de mucho peso!

Durante todo este año, hemos accedido a muchos datos, informes y estudios que nos relevaron el papel emergente del comercio electrónico. Las compras online experimentaron un notable crecimiento, impulsadas también por el uso creciente de los dispositivos móviles. Estos dispositivos han revolucionado el comercio electrónico y la forma de comprar de los consumidores. Hoy en día, las compras pueden realizarse en cualquier momento del día y desde cualquier lugar.

Recientemente, un estudio desarrollado por Verdit, puso de manifiesto la dependencia por estos dispositivos en el día a día de los consumidores online. Según el referido estudio, 2 de cada 3 clientes compra desde el living de su casa. Para estos consumidores y especialmente para los que tienen entre 35 y 54 años, comprar online es una experiencia mucho más gratificante que ir de tiendas, con mayor incidencia aún en el caso de los hombres.

Estos datos arrojan luz respecto a como estas nuevas facilidades y comodidades dan paso a la “pereza del consumidor” quien cada día más, prefiere realizar sus compras sin moverse de su zona de confort, es decir sin necesidad de salir, desplazarse, realizar esperas, entre otros gestos que hacemos los consumidores cada vez que salimos de compras.

Es muy probable que estos comportamientos cada vez más extendidos y que son repetidos regularmente, terminen asentándose en las costumbres de la sociedad.

Sin la intención de hacer pronósticos sobre el futuro del comercio tradicional, y responder preguntas como ¿cerrarán sus puertas los comercios tradicionales en 15 años?, lo que nos parece relevante es reconocer que “la pereza del consumidor” se viene instaurado en el día a día y podría representar una ruptura con los hábitos tradicionales de compra.

Probablemente estamos frente a un cambio de paradigma, similar al que desplazó a las almacenes y mercados de barrio e instauró a las grandes cadenas de supermercados como las favoritas para la gran mayoría de los consumidores. Lo cierto es que también en aquel momento, entre varios otros factores, incidió nuestra predisposición innata a ahorrar energía y cedimos a la “pereza del consumidor” de ir de acá para allá: por el pan, por la carne, por la furta, por la pasta…ahora todo lo compramos de una vez en un supermercado y tal vez en un tiempo lo hagamos desde el living tomando mate, tranquilamente…

Esto es bueno o malo?