La gestión de las Redes Sociales con un enfoque de negocios

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Las redes sociales se han convertido en un eje central de nuestras relaciones con familiares,  amigos y conocidos. Resulta más sencillo que nunca compartir pensamientos, opiniones, fotografías, videos,… pero también gustos, afinidades y recomendaciones.

Las redes son, antes que nada, un CANAL DE COMUNICACIÓN.

La importancia de las redes sociales para las empresas es algo de lo que son conscientes la mayoría. Pero lo cierto es que los medios tradicionales (radio, televisión, prensa,…) atraen cada vez menos la atención del público y la publicidad unidireccional, masiva y no segmentada tiene una eficacia muy limitada.

Así es como muchas empresas, deciden dar el “gran paso” y llevar su presencia online un poco más allá de la tradicional Web corporativa. Abren una cuenta en Twitter, una página en Facebook (o un perfil si no están bien asesoradas) y al tiempo se desilusionan, porque las ventas no mejoran, nadie interactúa con sus publicaciones y llegan a la conclusión de que todo fue una pérdida de tiempo y un esfuerzo en vano.

¿Qué puede haber fallado? ¿Será que este tema de las redes es puro verso? ¿una moda fútil e inútil?

Definitivamente NO! Lo que suele pasar es que no hay suficiente comprensión del medio en si mismo, no se trabaja adecuadamente su especificidad y particularidades,  a su vez, en algunos casos se generan expectativas muy poco realistas respecto a lo que se puede lograr.

Si las redes sociales son un canal de comunicación, repasemos LO QUE DEBEMOS HACER cuando creamos y gestionamos la presencia en ellas:

1) Proyectar una imagen positiva y cercana de la marca, productos y servicios.

2) Ofrecer soporte, información y atención al cliente.

3) Establecer y fortalecer relaciones y sinergias con proveedores, clientes (y porqué no con la
competencia).

4) Recibir feedback e información de primera mano, de los usuarios de nuestros productos y servicios.

5) Gestionar críticas y problemas que puedan surgir.

6) Difundir información relevante del sector en que trabajamos.

7) Definirnos como referentes en nuestro sector de actividad.

8) Mejorar el posicionamiento de nuestra Web en Google.

Ahora bien, señalemos algunas de las cosas que NO DEBEMOS HACER en las redes sociales:

1) Hacer publicidad, entendida del modo más tradicional.

2) Hablar sólo de vos mismo, de tu empresa, de tus productos, servicios, ofertas y promociones.

3) Realizar ventas directas.

4) Bombardear y saturar a nuestra audiencia de información.

5) Ignorar, despreciar o en general no gestionar adecuadamente las críticas.

6) Tratar de conseguir resultados económicos rápidamente.

Es importante no olvidar que las Redes Sociales son ante todo eso, SOCIALES. Su fundamento son las relaciones entre personas, con la cuales tenemos que interactuar igual que en el mundo offline: con cortesía, amabilidad y paciencia. De manera de construir relaciones de confianza, de complicidad y fidelidad.

En algún sentido, se trata de recuperar la humanidad en las relaciones comerciales, de crear un vínculo emocional, no buscando el beneficio económico como objetivo primordial e inmediato de cada publicación y cada interacción social.

Sacar verdadero beneficio de las Redes Sociales, supone trabajo y dedicación, pero sobre todo requiere de inteligencia, sensibilidad, empatía y una estrategia. Una estrategia no entendida como una maniobra para manipular, sino como un camino a seguir para influenciar, para ser relevante, respetado y apreciado.

Por esto, un community manager no puede ser un becario inexperiente, que se pase el día haciendo “me gusta” y “compatiendo” aquí y allá. Debe ser un completo estratega, con carisma y facilidad para empatizar, para construir relaciones. Con la libertad y responsabilidad suficientes para tomar decisiones de cierta importancia en la empresa que representa. Para resolver problemas delicados o plantear acciones. De lo contrario los perfiles sociales de tu empresa, serán una pérdida de recursos y tiempo.