Ya sabemos que el futuro es móvil y por este motivo todas las Web tienen que ser responsive.

Cierto es que si fuera posible, todas las empresas ya hubieran dado el salto a la era móvil de Internet, optando por una Web responsive, una Web mobile o una app, pero la mayoría en nuestro medio todavía se están planteando este dilema.

Para las empresas pequeñas, lo más conveniente y accesible continúa siendo la versión responsive de la Web..

Vamos a detenernos en cada opción y analizar brevemente información relevante para tomar esta decisión.

Web responsive: permite una correcta visualización de la Web en los diferentes soportes. Es algo más que imprescindible hoy en día que las Web incorporen tecnología responsive.

Sitio web móvil: esta opción consiste en adaptar el diseño de la Web a la pantalla de un dispositivo móvil. Para acceder se accede a través del navegador y es diferente a la versión Web de PC.

App móvil: una app es una aplicación que debe descargarse en los dispositivos, lo cual consume espacio y dependemos de los canales y sus condiciones (App store o Play store).

A la hora de decidirnos, debemos pensar en las ventajas e inconvenientes de cada una de ellas. Sintéticamente, se podría decir que la versión responsive es la más económica y soluciona con bastante eficiencia el acceso desde diferentes dispositivos móviles. La app necesita ser descargada, ocupa espacio en el dispositivo y tiene que cumplir con los requerimientos de los canales de distribución, pero también ofrece mayor accesibilidad, más capacidad y rendimiento. Por último, la versión Web móvil se ubica a medio camino entre las dos anteriores, no necesita ser descargada, y en relación a la app es mucho más económica de desarrollar y sencilla de actualizar.

Al final del día, es muy importante tener en cuenta el uso que los usuarios van a hacer de la Web y ni que hablar considerar en primer lugar cuales son los objetivos de la misma.