Buscando “fluir” en nuestras tareas cotidianas
Muchas personas dedican muchas horas a la semana a sus labores sin ninguna recompensa de dinero o prestigio. ¿Porqué lo hacen? al hablar con ellos se comprueba que lo que los mantiene motivados es la calidad de la experiencia que sienten en ese momento.
Mihaly Csikszentmihalyi llamó a esta experiencia “flujo”; que es un estado de conciencia que consume poco esfuerzo, aunque es altamente enfocado.
Las descripciones sobre este estado, no varían mucho por cultura, género, o edad. En entrevistas realizadas para indagar sobre el “flujo”, es investigador constató que la gente menciona repetidamente ciertos elementos de esta experiencia placentera:
- Hay metas claras en cada paso del camino: en el estado de flujo siempre sabemos lo que debe ser
hecho. - Hay un feedback inmediato a las propias acciones: en un estado de flujo, sabemos cuán bien lo estamos haciendo.
- Hay un balance entre los desafíos y las habilidades: en el estado de flujo, sentimos que nuestras habilidades están bien ajustadas para las oportunidades de acción.
- Las distracciones son excluidas de la conciencia: somos concientes sólo de lo que es relevante aquí y ahora. Las distracciones interrumpen el flujo, y puede tomar horas recuperar la paz mental necesaria para continuar con el trabajo.
- No hay miedo al fracaso: en el estado de flujo, estamos demasiado envueltos como para estar preocupados por el fracaso. Sabemos lo que debe ser hecho, y nuestras destrezas están potencialmente adecuadas a nuestros desafíos. Si el desafío se vuelve muy grande, un sentimiento de frustración surge en vez de placer.
- La auto conciencia disminuye: en estado de flujo, estamos demasiado envueltos en lo que hacemos como para preocuparnos acerca de proteger el ego.
- Se distorsiona el sentido del tiempo: generalmente, en el estado de flujo nos olvidamos del tiempo, y las horas pueden pasar en lo que parecen ser unos pocos minutos.
- La actividad se vuelve un fin en sí misma: mucho de lo que hacemos no es solamente por placer, sino para lograr una meta.Uno de los secretos para la felicidad es aprender a obtener el “flujo” en casi todo lo que hacemos.
Este investigador sostiene que cuando logramos un estado de flujo en nuestras tareas cotidianas, aumenta nuestra sensación de felicidad y somos más creativos.
Tomado de:Mihaly Csikszentmihalyi. The Futurist, Septiembre-Octubre 1997, pp 8-12