¿Porqué la descarga de mi Web es lenta? Te pasamos 4 tips para inyectarle velocidad.

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Tener una web que cargue rápidamente y esté optimizada es clave para obtener resultados.

Un estudio de Akamai, una de las empresas líderes a nivel mundial en la entrega de contenidos, determinó que la mitad de los usuarios de Internet esperan que una página web cargue en menos de dos segundos. Y si la tuya va más lenta, se incrementan las posibilidades que tus visitantes la abandonen antes de ver los contenidos.

Además, la velocidad de carga es uno de los factores clave que utilizan los buscadores como Google para determinar el ranking de tu sitio.

Hay que considerar que una parte importante de los usuarios pueden acceder a tu web desde su dispositivo móvil. Por tanto, hay que asegurarsee que se pueda acceder a tu sitio desde una conexión 3G en un tiempo “razonable”.

Vamos a repasar cuatro aspectos básicos  para optimizar los tiempos de carga y mejorar la experiencia de los usuarios que visitan tu web.

  1. Optimizar los recursos

Uno de los factores más importantes para mejorar el tiempo de carga de tu web es la utilización correcta de los recursos externos. Cuando se carga tu página, siempre hay ficheros adicionales que se cargan. Algunos son más visibles, como las imágenes, y otros menos, pero todos son igualmente necesarios. El consejo más importante es intentar ser razonable y no sobrecargar la página con elementos, recursos y animaciones que pueden ser muy bonitos pero que acaban haciendo que todo vaya muy lento y empeoran la experiencia de usuario.

Una solución a tener en cuenta es la minimización de los ficheros HTML, JS y CSS. Borrando los espacios en blanco y los saltos de línea se obtienen recursos que funcionan igual de bien pero que pesan significativamente menos. Si tienes más de un fichero CSS o JS, también puedes optar por combinarlos en uno solo, y de esta forma se reducir el número de peticiones HTTP. Y por último se puede habilitar la compresión GZIP en tu servidor para la entrega de este tipo de ficheros.

En relación a las imágenes también puede ser útil comprimirlas, pero no con GZIP, sino con un programa de edición gráfica que nos permita controlar el resultado final. También es conveniente que se entreguen imágenes con las dimensiones adecuadas: ajustadas al tamaño del viewport y prestando especial atención a la densidad de píxeles del dispositivo.

2. Cachear los contenidos

Otro factor importante es el tiempo de vida de los recursos servidos. El protocolo HTTP soporta cabeceras de caché que permiten indicar cuándo caducan los ficheros servidos. Pero si no se explicitan las cabeceras, los recursos se van a descargar de nuevo del servidor cada vez que se cargue la página. Si una imagen es estática y no la vamos a modificar, es interesante marcarle un tiempo de vida largo para que el navegador no la vuelva a descargar en cada visita.

Además, si utilizas un gestor de contenidos o CMS como WordPress, puedes optar por la utilización de un plugin de cacheado como WP Super Cache o W3 Total Cache, que sirven copias estáticas de las páginas de tu sitio dinámico, reduciendo el tiempo de procesado y de respuesta del servidor y entregándolas más rápido.

3. Mejorar tu servidor

La configuración y el rendimiento de tu servidor también son factores muy importantes para la velocidad de carga. En primer lugar, asegúrate de tener un servidor con recursos suficientes. Escapate  de los hostings compartidos, todo lo que te ahorras con el alojamiento lo perdes en usuarios que abandonan. Y la ubicación geográfica del hosting también es relevante: cuanto más cerca de tus clientes, más rápido les va a cargar. Si tienes todos los compradores potenciales en España , ¿por qué ibas a tener el servidor en las Seychelles? Y si tienes clientes alrededor del mundo, puedes optar por una solución CDN o Cloud que esté preparada.

Intenta también reducir los tiempos de respuesta del servidor, bien sea cacheando el contenido o dotando el servidor de más recursos. Si por algún motivo tienes redirecciones, intenta que haya el mínimo número.

Y por último, puedes servir los recursos estáticos de forma optimizada de dos maneras: ya sea en un dominio propio separado del principal, que no sirva cookies y tenga tiempos de vida muy largos; o bien a través de un CDN que optimice la entrega a cualquier lugar del mundo.

4. Testear la velocidad

Para saber si con estos consejos hemos mejorado es muy importante comprobar constantemente los tiempos de carga. La mayoría de los navegadores incorporan herramientas de desarrollador (normalmente escondidas bajo la tecla F12), que entre otras funcionalidades nos permiten ver el listado de recursos y su tiempo y orden de carga (waterfalling). Además, disponemos de herramientas online que nos permiten realizar una auditoría completa de la velocidad del sitio. Nuestra favorita es Google PageSpeed Insights .