Vender por Internet o morir en el intento
El negocio del comercio electrónico no deja de expandirse y crecer. Según datos del del Informe Total Retail 2017, recientemente publicado por PwC, la compra por Internet es arte importante de nuestras vidas. El estudio, elaborado a partir de casi 25.000 entrevistas realizadas en distintos países de Europa y Sudáfrica, revela que el porcentaje de consumidores que compran online ha crecido significativamente en el último año, aproximadamente el 30% de los entrevistados compra online al menos una vez a la semana y 65% al menos una vez al mes.
Aunque todavía estamos bastante lejos de estas cifras, esta es la tendencia y seguramente llegó el momento de que las empresas hagan su apuesta por el comercio a través de Internet.
Ciertamente vivimos en un entorno en el cual los avances tecnológicos son casi infinitos y las posibilidades de equivocarse en un entorno tan cambiante y complejo como el actual son grandes, para afinar la puntería y ponerse a tiro con este nuevo modelo de negocios, el informe de PwC recoge una serie de recomendaciones a tener en cuenta
Repasamos los más sustantivos:
Aprendiendo de Amazon. El gigante estadounidense es el que marca tendencia en el comercio por Internet a nivel mundial, y una de las cosas que nos ha enseñado es que la agilidad y la sencillez del proceso de compra es imprescindible. Amazon no solo vende productos, sino que atiende a las necesidades del cliente, buscando establecer con él relaciones de largo plazo. Otro referente ineludible es Mercadolibre, líder en nuestro país en compras por Internet
Apostando por la navegación móvil. La actualidad es móvil, y el comercio no puede estar ajeno a esto. En este sentido, el desafío es adaptar las plataformas de venta, diseñando interfaces más sencillas e intuitivas.
La seguridad es lo primero. La tecnología abre la puerta a múltiples oportunidades de negocio, pero por ahí se cuelan también nuevos riesgos. La percepción (basada en datos reales o imaginados) de que comprar por Internet es arriesgado está bastante extendida, sobre todo entre los usuarios de dispositivos móviles. Trasmitir seguridad a los usuarios y desarrollar sitios en base a protocolos y estándares de seguridad digital es un aspecto clave.
Analizar los datos. Este es uno de los grandes retos del sector. Las empresas de distribución tienen a su disposición una cantidad ingente de información que pueden usar para conocer a fondo las necesidades de sus clientes y ofrecerles la mejor manera de satisfacerlas. Sin embargo, muchas de ellas se dedican solo a recopilar datos y no son capaces de transformar esa información en acciones concretas para personalizar su oferta.
Hay que seleccionar lo que se va a ofrecer. No todo se vende igual en Internet. Los productos más demandados son libros, discos, vestimenta, películas y videojuegos. Los que menos se demandan son las joyas, los relojes, los muebles y alimentos.
En este mercado digital, los competidores pueden aparecer en cualquier esquina del planeta y literalmente darnos vuelta de un momento al otro. Para hacer frente a esta nueva realidad, hacen falta estrategias sustentables a largo plazo e inversiones inteligentes.